viernes, 19 de abril de 2019

Sirvienta coreana

Aun me cuesta creer que mis propios padres me hayan hecho esto, solo por un error que cometí ellos decidieron mi nuevo futuro. No solo perdí una vidas de lujos también mi vida como hombre, eso es lo más doloroso. Mis padres decidieron que debía desaparecer pues era una deshonra para la familia, creo que era mejor la idea de papá, simplemente dejarme abandonado en otro país, pero la idea de mamá fue la que ganó. Mamá dijo que siempre quiso tener una criada coreana, dios santo eramos ricos ya teníamos varias sirvientas e incluso podría tener a 10 chicas coreanas como sirvientas, pero ella decidió que yo me convertiría en una chica coreana y ser una más de las sirvientas de la familia. Fue así como mis padres me llevaron con especialistas en el tema para convertirme en un chica, luego con cirujanos especialistas que moldearon mi rostro para darle aspectos idénticos a las mujeres coreanas. Una vez cambiado por completo mi físico de un chico americano a una chica coreana. La siguiente fase fue que aprendiera coreano, clases intensas en el idioma hicieron que poco a poco me olvidara de mi idioma natal. La ultima fase consistió en aprender mis nuevas tareas como sirvienta. Me enviaron a aprender como ser una sirvienta de la mano de otra chica coreana, según para que me adaptara mejor. Roger o debería decir Young-mi hoy empieza tu entrenamiento para ser la adecuada sirvienta que tus padres quieren que seas. Ha-yun fue el nombre de la chica que me enseño todo sobre ser una obediente y servicial sirvienta, desde limpiar cada rincón de una casa hasta cocinar, al principio trate de resistirme pero era evidente que no me quedaba de otra más que obedecer a las instrucciones de Han-yun. El uniforme de sirvienta que usaba ere el mismo que Han- yun, bajo el largo vestido negro llevaba puesto medias negras e incluso un liguero, y un sostén que hacia juego. por supuesto llevar el vestido negro y el mandil blanco era humillante, sin embargo la ropa interior que abrazaba mi cuerpo lo era aun más. Con toda esa ropa puesta me moría del calor, además con los trabajos que hacia sudaba mucho. Pese a todo eso Han-yun decidió que ya estaba lista para irme de vuelta con mis padres, pero no precisamente como su hijo sino como su sirvienta. 



Realmente te has convertido en una excelente sirvienta Young-mi, de seguro tus nuevos amos estarán satisfechos con tus servicios de limpieza. Realmente te voy a extrañar hace mucho que no platico con otra chica que hable mi mismo idioma. Las palabras de Han-yun retumbaron en mi cabeza, ro realmente ya me había convertido en una sirviera y ese iba ser mi trabajo quizá por el resto de mi vida. Cuando volví con mis padres, principalmente mi madre fue la que estaba más emocionada al verme, no por volver a ver a su hijo sino por ver a su nueva sirvienta coreana. Me miro de pies a cabeza. incluso me dio la orden de desnudarme para comprobar que realmente fuera una mujer, ya había visto mi cuerpo desnudo y la verdad mis pechos no eran los más grandes, pero eso no me molestaba lo que me recordaba realmente quien era ahora era lo que tenia en las entre piernas, o mejor dicho que me hacia falta. Después de inspeccionarme mio madre parecía estar satisfecha, luego llamo a la ama de llaves la que tenia la posición más alta sobre todas las sirvientas de la casa y le dio las instrucciones para que me muestre mi habitación y me pusiera atrabajar lo mas rápido posible. 
Mi nueva habitación por supuesto no era mi antigua y lujosa habitación con una cama cómoda, era la habitación de servicio un cuarto feo y con una cama individual muy dura. Mis días como sirvienta en mi propia casa fueron las más tristes y humillantes. Todas las mañanas, le llevaba el desayuno a mis padres, era triste porque recordaba cuando solía comer en la mesa principal con ellos. Cambien recordaba cuando usaba la piscina, pero ahora no tenia premiso para utilizarla solo veía a mis padres desde lejos y atento por si se les ofrecía algo. Todos los días me la paso lamentándome, mientras lavo los platos, fregar los pisos, limpiar los baños y estar al servicio de mis amos, quienes solían ser mis padres. 

Después de casi un años viviendo como una sirvienta, mi ama pronto dará a luz a su hijo, y me dijo que cuando naciera yo me iba ocupar de cuidarlo. Es irónico saber que seré la niñera del niño que tendrá todo lo que yo alguna vez tuve. Aun así espero que el no sufra lo que yo, de lo contrario posiblemente en unos años habrá otra nueva sirvienta coreana en la casa. 

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