domingo, 26 de mayo de 2024

Kirito en un isekai


Kazuto mejor conocido como Kirito, sin saber exactamente como sucedió se encontraba en otro mundo, tal como en los animes de genero isekai, Kirito como en esos animes no tuvo mas que conformarse al no saber como volver a su mundo, conforme iba explorando ese nuevo mundo se dio cuenta que era como un videojuego de rol así que se inscribió a un gremio de aventureros, consiguió trabajos de baja dificultad matando monstros reales que solo había visto en videojuegos pero ahora los monstruos eran de verdad y si no tenia cuidado podrían herirlo de gravedad y matarlo. En este nuevo mundo Kirito se percato que adquiría experiencia y podía mejorar sus atributos tal cual un videojuego, y dada su experiencia en juegos y en la espada consiguió mejorar sus atributos de una manera muy rápida. 

En esta nuevo mundo Kirito conforme iba mejorado y ganando reconocimiento en el gremio, formo un equipo completo de mujeres, chicas hermosas que también eran aventureras, había una espadachín como él, dos magas una experta en fuego y otra en curación, también había una escudera. El equipo de Kirito fue alcanzo grandes logros y los otros aventureros envidiaban a Kirito por estar rodeado de hermosas chicas. 

Un día Kirito y su equipo estaban explorando una nueva mazmorra, parecía que resultaría ser una exploración normal como muchas otras, pero de repente Kirito y las chicas se vieron rodeados de un humo verde, que dejo inconscientes a todos, cuando Kirito se despertó vio que estaba atado, pero lo que lo dejo impactado fue escuchar unos gemidos, para el horror, enojo y frustración de Kirito fue ver a sus amigas a quienes ya había apreciado mucho siendo salvajemente violadas por orcos, pero eso no era todo parecía que ellas lo estaban disfrutando, mientras Kirito estaba inconsciente no fue testigo como los orcos le fueron arrebatando a las chicas su cordura hasta convertirlas en adictas a las vergas, había sido una escena muy humillante y traumante para las chicas quienes ahora ya no se consideraban así mismas como humanas sino como cerdas esclavas de sus amos los orcos, las ahora esclavas estaban mas con rostros de mujeres lujuriosas felices por ser folladas de salvajes salvajes, las mismas chicas con las que Kirito había convivido con esas chicas quienes tenían aspiraciones y sueños ahora estaban inmersas en la lujuria y el placer lo que no sabia Kirito es que el pronto pasaría por lo mismo. 


 Kirito trato de hablarles y hacerle entrar en razón a las chicas pero era inútil las chicas no lo le hacían caso, estaban tan concentradas en el placer que los orcos les daban, de pronto una de las chicas se acerco a el, y le dijo que no se preocupe, ellas ahora habían renacido como las cerdas esclavas de esos orcos y ellos eran sus amos, a Kirito le sorprendió el tono de la chica pero lo que mas le sorprendió y le lleno de confusión y miedo fue lo que la chica le dijo después. Es inútil resistirse, ser una cerda esclava es lo mejor por eso les dije a los orcos que no te mataran, quería que tu también experimentaras ser una cerda esclava como nosotras. ¡qué estas diciendo, tenemos que salir de aquí tengo que buscar mi espada y acabar con esos malditos orcos! dijo Kirito. De repente la chica mostro una botella de cristal que tenia un liquido rosado, se acerco a Kirito y le dijo, Bébelo y conviértete en una cerda esclava al servicio de los orcos como yo. Kirito se resitúo pero la chica le dio una gran bofetada que lo dejo aturdido y le dijo. Eres una cerda mal educada los amos orcos llevan esperando mucho tiempo, ellos te disciplinaran una vez la pócima haga efecto y obtengas el cuerpo que a los amos tanto les gusta, la chica hizo que Kirito se bebiera el contenido de la botella. 

De repente Kirito comenzó a sentir su cuerpo arder, en cuestión de segundos su cuerpo comenzó a cambiar, de su pecho plano empezó a crecerles tetas, en en cosa de nada se fueron hinchando hasta quedar un par de tetas grandes, además sintió como su pene se iba haciendo mas pequeño hasta convertirse en una cosa pequeña llamada clítoris y a la par se le desarrollo una vagina, el cuerpo masculino del joven había sido modificado por completo y a hora era una mujer de pies a cabeza la chica estaba mas que feliz con los cambios, pero los que estaban ,as felices eran los orcos que comenzaron a acercarse a la nueva mujer. Los orcos comenzaron a a lamer el cuerpo femenino de Kirito y este solo podía sentir las lenguas húmedas de los orcos que le provocaban repulsión, pero le dio miedo sentir un placer cuando los orcos le lamieron las tetas. 


En pocos minutos los orcos lamieron a la mujer de pelo negro frente a ellos, los orcos se volvían locos por su olor de hembra humana y mas cuando Kirito comenzó a mojarse Kirito sin saber y talvez por la piscina comenzó a excitarse estar en esa situación tan humillante era un hombre al que habían convertido en mujer y unos orcos la estaban lamiendo en sus puntos mas sensibles que ni el sabia que hora tenían, en su mente Kirito se decía que ya se había acabado para el, los orcos lo violarían, ellos meterían sus vergas en su recién coño virgen, esas enormes vergas grandes, gruesas y verdes van a a entrar en mi cuerpo, esos pensamientos excitaban a Kirito sin darse cuenta. Esas enormes y gruesas vergas ummm, ¡QUÉ RAYOS ESTOY DICIENDO!. Soy un hombre no pienso ceder ante esos feos orcos, para sorpresa de Kirito los orcos no la follaron, en su lugar los demás orocos se fueron con las otras mujeres, y la chica que le había dado la pócima a Kirito le dijo, verdad que querías que te follen como a nosotras, pero eso se puede solucionar solo tienes que decir, "soy una cerda cachonda, les suplico que me conviertan en su cerda esclava sexual y me den muchas vergas" luego se alejo para dirigirse con las demás chicas. Kirito aún caliente se quedo viendo como las demás chicas fueron folladas y le dio tiempo de pensar en las palabras que le habían dicho y se lleno de horror que por un segundo sí esperaba ser follada, a pesar de las cosas su cuerpo había quedado cachondo sin poder saciar por completo el placer así que su cuerpo se quedo con ganas, pero lo que nunca se imagino es que ese iba a ser la rutina de sus días en la cueva de los orcos. 

Al día siguiente nuevamente unos orcos se acercaron a Kirito y este les quiso hacer frente pero ahora también se percato que estaba atado de otra forma con las manos inmovilizadas detrás, Kirito con la cara sonrojada y la voz temblorosa les dijo a los orcos que se alejen dé, pero los orcos no le hicieron caso, y comenzaron la tocarla y lamerle las tetas, Kirito por su parte se resistía al placer, trataba de luchar consigo mismo pero era difícil entonces pensó, esta vez si me van a violar puedo sentir sus enormes vergas rozar mi cuerpo ellos quieren violarme salvajemente, pero no lo hicieron y mientras tanto Kirito se quedo sorprendido, a caso no me van a follar con sus enormes vergas, aunque una parte de él estaba feliz de que eso no hubiera sucedido su cuerpo de mujer realmente necesitaba apaciguar la calentura que sentía en ese momento. 


Al día siguiente sucedió exactamente lo mismo, Para kirito eso se había vuelto una tortura, la humillación pero sobre todo el placer que no era apaciguado, lo dejaban ahí cachonda sin poder correrse lo que su cuerpo tanto quería correrse, lo mas frustrante era que luego veía como las chicas eran folladas frente a el y podía ver como ellas ponían una cara de felicidad pronto Kirito se puso a divagar y a decir lo que pensaba. Que injusto yo también quiero, por que no me follan como a ellas, cierto solo tengo que decir... ¿Cómo era? soy una cerda cachonda, les suplico que me conviertan en su cerda esclava sexual y me den muchas... ¡qué rayos! maldición que estoy diciendo no acabare siendo la esclava de esos orcos dijo Kirito pero hasta cuando su cuerpo podía soportar la necesidad de ser follada. 




Después de haber dicho que nunca seria la esclava de esos orcos, pasaron dos días para que Kirito cediera por completo y abandone su orgullo como hombre, y el punto clave fue que las chicas se reunieron con él y le dijeron lo bueno de ser cerdas esclavas de los orcos, las palabras de las chicas retumbaron en el cerebro de Kirito parecía una especie de hipnosis conformé las chicas platicaban con Kirito de sus experiencias placenteras y sexuales con los orcos Kirito se ponía mas y mas cachondo imaginándose haber experimentado el mismo esos placeres, sabia perfectamente que las vergas de los orcos eran el objeto para darle a su vagina necesitada el placer que tanto le pedía. Vamos Kirito se una cerda esclava cómo nosotras no te arrepentirás, los amos orcos podrán satisfacer esa frustración sexual que tanto cargas. 



Al día siguiente Kirito estaba completamente mojada, cuando los orcos en turno llegaron a hacer su trabajo Kirito les dijo. Por favor follenme quiero sus enormes vergas, como pudo Kirito se levanto del suelo y se dirigió a uno de los orcos, Kirito puso su cara de lleno en la entrepierna del orco y pudo oler su verga gorda, esa era una escena muy humillante y vergonzosa pero a kirito ya no le importaba, sus ojos se llenaron de asombro al ver la verga del orco, que al igual que el orco que era gordo su verga también lo era, Kirito se tiro al suelo y abriendo las piernas le ofreció al orco su coño mojado, vamos fállame te lo ruego, lléname con tu gorda verga, ahí en el suelo en una en una pose tan desvergonzada kirito grito ¡soy una cerda cachonda, les suplico que me conviertan en su cerda esclava sexual y me den muchas vergas, se los ruego!

Justo ahí el orco gordo supo que había sido su día de suerte, en segundos su gorda verga se puso dura y clavo su verga en el coño apretado de Kirito que entro tan fácilmente ya que estaba mas que mojada, Kirito sintió un dolor inmenso pues en su primera vez una verga rechoncha entro por su apretado coño, Kirito sintió como de un solo golpe esa verga gorda iba abriéndose paso dentro de ella y haciendo que su vagina se molde a su tamaño, las embestidas eran brutales pero pronto Kirito comenzó a experimentar el placer que las chicas tanto describían, La mente de Kirito estaba en blanco, no podía pensar en nada solo estaba ahí de receptora recibiendo el placer que tanto anhelaba su cuerpo, cuando el orco se corrió dentro de ella, Kirito aun su mente en blanco sin razonar lo que estaba sucediendo sintió un liquido caliente dentro de su vientre que la inundaba, aun así el orco no paro de follarla y Kirito no tardo en correrse, de su coño salían sus fluidos y el semen del orco, cuando por fin el orco termino le toco el turno al otro, Kirito ya no tenia fuerzas, sintió como el otro orco la levanto como si fuera una muñeca de trapo y lo comenzó a follar. 


A partir de ese día Kirito y sus antiguas amigas habían dejado de ser aventureras, en el gremio y en el pueblo pensaron que se fueron a otra ciudad, así que nunca hicieron nada por dar con su paradero, Kirito y sus amigas se habían convertido en las esclavas sexuales de ese crupo de orcos y sus razón de vivir era para satisfacer sexualmente a los orcos y por supuesto dar a luz a sus hijos. por supuesto en un par de semanas mas Kirito y sus amigas ya tenían las panzas enormes a la espera de ser madres. 

FIN


Eta historia fue inspirada al ver las imágenes que por supuesto no son mías pero que obviamente fueron hechas por una ia pero fueron publicadas por un usuario en la plataforma de pixiv dejo el link aquí



martes, 21 de mayo de 2024

Deseos de dia la madres

Roberto un hombre de 40 años, siempre había tenido un deseo profundo y secreto: ser mujer. A lo largo de su vida, había aprendido a reprimir estos sentimientos. Se casó con Clara, tuvieron dos hijos y llevó una vida aparentemente normal. Sin embargo, su anhelo nunca desapareció.


Una mañana, Roberto se despertó sintiéndose extraño. Se levantó y al mirarse en el espejo, vio el reflejo de una mujer, estaba vestida pero era evidente que dos enormes pechos sobresalían de la blusa delgada que llevaba puesta, además estaba usando calzones de encaje que dejaban bien en claro que tenía una vagina entre las piernas, cuando Roberto vio su rostro de mujer se dio cuenta que se trataba del rostro de su vecina, Laura. Laura tenía 45 años, un cuerpo envidiable, estaba casada y tenía dos hijos adolescentes. Robert, o más bien Laura, intentó no entrar en pánico mientras se acostumbraba a su nueva apariencia. Era el Día de las Madres, y en su nuevo cuerpo, lo primero que sintió fue una extraña mezcla de emoción y miedo.

El día transcurrió de manera caótica pero emocionante. Laura, Roberto se metió a la cama cuando escucho que alguien estaba por entrar a la habitación, fingio estar dormido y fue despertado con un desayuno en la cama por los hijos y esposo de Laura, Roberto. ahora en el cuerpo de Laura, disfrutó de la atención y del cariño que le brindaba la familia. Pasaron el día juntos, con Alan y los niños cuidándola, llevándola a almorzar y mimándola de todas las maneras posibles. Fue un día que Roberto siempre había soñado, lleno de amor y aprecio por ser una madre y una esposa.

Al día siguiente, Roberto esperaba volver a su cuerpo original, pero al despertar, seguía siendo Laura. Empezó a comprender que esta no era una experiencia temporal. Ahora tenía que enfrentarse a la realidad de ser una mujer casada, madre y ama de casa.

Los primeros días en su nueva vida como Laura fueron un torbellino de emociones y desafíos inesperados para Roberto. Una de las primeras cosas con las que tuvo que lidiar fue la ropa. Al principio, usar sostenes parecía una novedad incómoda. La sensación de la banda apretada alrededor de su pecho, los tirantes que a veces se clavaban en sus hombros, y la constante necesidad de ajustar las copas eran una molestia constante. Roberto no había imaginado cuán incómodo podía ser llevar sostenes todo el día, todos los días.

Además, notó lo diferente que se sentía moverse con el cuerpo de una mujer. Su centro de gravedad había cambiado, y tareas simples como correr detrás de sus hijos o agacharse a recoger algo del suelo requerían un ajuste en su postura y movimientos. El peso extra en su pecho y caderas afectaba su equilibrio y, al principio, se sentía torpe y descoordinado.

Otro desafío inesperado fue la atención que recibía de los hombres en la calle. A menudo, se sentía observado y, en ocasiones, incomodado por miradas persistentes. Antes, como hombre, no había prestado mucha atención a cómo las mujeres podían sentirse objeto de miradas no deseadas. Ahora, entendía la incomodidad y el nerviosismo que esto podía generar.

La vida en casa tampoco era fácil. Las tareas domésticas parecían interminables. Lavaba ropa, preparaba comidas y limpiaba la casa, todo mientras intentaba mantener la armonía entre sus hijos adolescentes, quienes tenían sus propios desafíos y necesidades. Las discusiones sobre la escuela, las amistades y los primeros amores requerían paciencia y comprensión, cualidades que Roberto estaba aprendiendo a desarrollar como madre. 

Un día, mientras se probaba ropa en una tienda, Roberto, ahora Laura, se sintió abrumada por la variedad de opciones y las expectativas sobre su apariencia. Eligió cuidadosamente un vestido que resaltara sus nuevas curvas, solo para descubrir lo difícil que era encontrar algo que fuera cómodo y favorecedor al mismo tiempo. Las largas sesiones de depilación, el cuidado del cabello y la piel también se convirtieron en parte de su rutina diaria, cosas que antes había visto hacer a su esposa ahora él las hacía también. 

Además, en esta nueva realidad, Clara, su esposa, lo trataba como a su vecina y amiga de toda la vida. Clara venía a visitarlo, hablaban sobre sus vidas, y Roberto se dio cuenta de cuántas cosas pasaban desapercibidas cuando era hombre. Las conversaciones giraban en torno a la familia, los hijos y los retos de ser una mujer en un mundo que a menudo no las valoraba lo suficiente

Una tarde, Clara invitó a Laura (Roberto) a tomar un café en su casa. Se sentaron a la mesa, charlando como lo hacían regularmente desde que Roberto había cambiado de cuerpo. Clara le contaba sobre su día, sus preocupaciones y sus alegrías, y Rpberto empezó a darse cuenta de que Laura solo lo veia como su confidente, su amiga y nada más.

Mientras Clara hablaba, Roberto empezó a comprender lo mucho que había dejado pasar por alto en su vida como esposo. Se había centrado tanto en su propio deseo de ser mujer que no había apreciado plenamente lo que tenía con Clara. Ahora, como Laura, veía a Clara desde una nueva perspectiva, entendiendo sus pensamientos, sus preocupaciones y su cariño de una manera más profunda y empática.

Las conversaciones entre ambas mujeres se volvieron más íntimas y sinceras. Clara compartía detalles de su vida que Roberto nunca había conocido, y Laura (Roberto) sentía que, por primera vez, estaba conociendo verdaderamente a su esposa. Sus charlas abarcaban desde los desafíos de la maternidad hasta los secretos más personales y los sueños no realizados.

Con el paso de los días, Roberto, ahora Laura, empezó a adaptarse mejor a su nueva vida. Sin embargo, había un aspecto de su transformación que le generaba una inquietud constante: su relación con Alan, el esposo de Laura. Alan era un hombre cariñoso y atento, siempre dispuesto a mostrar su afecto y amor por su esposa. Esto, que en principio parecía ser una bendición, se convirtió rápidamente en una fuente de ansiedad para Roberto.

Cada noche, cuando los niños se iban a dormir, Alan se acercaba a Laura con una sonrisa seductora, buscando intimidad. Roberto, atrapado en el cuerpo de Laura, se encontraba en una situación extremadamente incómoda. Aunque trataba de evitar estos momentos con excusas de cansancio o dolores de cabeza, sabía que no podría seguir evitando a Alan para siempre sin levantar sospechas.

Una noche, mientras se preparaba para acostarse, Alan entró en la habitación con una botella de vino y dos copas. La atmósfera se llenó de tensión cuando Roberto se acercó a Laura, besándola suavemente en el cuello. Roberto sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. Había deseado ser mujer durante tanto tiempo, pero nunca había considerado las implicaciones de ser la esposa de otro hombre.

"Laura, ¿estás bien?" preguntó Alan con preocupación en su voz. "Te he notado distante últimamente.

Roberto, sintiéndose atrapado, trató de mantener la calma. "Sí, Alan, estoy bien. Solo estoy un poco cansada, ha sido un día largo."

Alan acarició suavemente su mejilla. "Entiendo, pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Te amo, Laura."

Esas palabras, llenas de sinceridad y amor, hicieron que Roberto se sintiera aún más culpable. Sabía que no podía seguir evitando a Alan sin herir sus sentimientos. Pero la idea de tener relaciones íntimas con él era aterradora. Roberto se dio cuenta de que ser mujer no solo implicaba desafíos físicos y emocionales, sino también enfrentar situaciones íntimas que nunca había considerado, pero esos pensamientos iban a cambiar más rápido de lo que imaginaria, a medida que pasaban las semanas, Roberto, en el cuerpo de Laura, se encontró lidiando con un conflicto interno creciente. A pesar de su identidad masculina, su cuerpo femenino respondía de maneras que no había anticipado. Alan continuaba siendo un esposo amoroso y atento, y aunque Roberto trataba de mantener una distancia emocional, cada vez le resultaba más difícil ignorar los deseos naturales de su nuevo cuerpo.

Una noche, después de un día especialmente agotador, Alan preparó una cena especial para Laura. Encendió velas y puso música suave, creando un ambiente romántico. Roberto, aunque nervioso, se sintió conmovido por el esfuerzo de Alan. Durante la cena, conversaron sobre cosas triviales, y Roberto se dio cuenta de cuánto disfrutaba de la compañía de Alan. A pesar de sus reservas, empezó a sentir una conexión genuina con él.

Después de la cena, se sentaron juntos en el sofá, y Alan comenzó a masajearle los hombros. Roberto cerró los ojos, permitiéndose relajarse por primera vez en mucho tiempo. El toque de Alan, firme y gentil, lo hizo sentir seguro y apreciado. Sin darse cuenta, Roberto empezó a responder al afecto de Alan.

Esa noche, cuando Alan la llevó a la cama, Roberto no se resistió. Se dejó llevar por las sensaciones y emociones que su cuerpo experimentaba. Por primera vez, permitió que el deseo se apoderara de él, y descubrió que su cuerpo femenino anhelaba el afecto y la intimidad de Alan. Aunque su mente aún se debatía con la idea, su cuerpo respondía con una pasión que nunca había conocido.



A medida que Alan la acariciaba y la besaba, Roberto se encontró disfrutando de los placeres de tener sexo como mujer. Sentía cada toque, cada beso, con una intensidad que lo sorprendía. Su cuerpo se movía con naturalidad y deseo, y se dejó llevar por la corriente de placer que el pene de Alan le proporcionaba en su vagina. Roberto se sumergió por completo en su papel como la mujer de Alan y por primera vez estaba cumpliendo con sus deberes maritales, con cada embestida no solo proporcionaba una placer inimaginable para Roberto sino que era un paso más para que Roberto acepte por completo su nueva vida no solo como mujer y madre sino lo más importante, ser la esposa de Alan. 

A la mañana siguiente, Roberto se despertó en los brazos de Alan, sintiéndose más conectado y en paz que nunca. Comprendió que, aunque su mente aún se aferraba a su identidad masculina, su cuerpo femenino necesitaba y disfrutaba del afecto de un hombre. Aceptar esta dualidad fue un paso crucial para su adaptación a su nueva vida.

Con el tiempo, Roberto comenzó a disfrutar más de su vida como Laura. Encontró satisfacción en los pequeños placeres cotidianos y por supuesto en la intimidad compartida con Alan y en el amor de sus hijos. Aunque la transición había sido difícil, descubrió que su nuevo cuerpo y vida le ofrecían experiencias y emociones que nunca había conocido.

Un día, mientras preparaba el desayuno para su familia, Roberto se dio cuenta de lo mucho que había cambiado. Había pasado de ser un hombre con un deseo secreto a vivir plenamente como Laura, una mujer, madre y esposa. Aunque su vida había tomado un rumbo inesperado, encontró una profunda satisfacción en los lazos familiares y en el amor que compartía con Alan.




Después de varias opciones que tiro chatgpt elegí las que me gustarin además de ponerle un poquito de mi parte. También como piden imágenes las saque de otra IA