Deje mi titulo de príncipe pero no solo eso también mi hombría, realmente fui estúpido al caer en las provocaciones del maestro, por mi no ser lo suficientemente listo ni fuerte el se llevo a Liz, Liz quien era mas que una sirvienta la veía como hermana somos de la misma edad y aunque ella era una sirvienta y yo el príncipe siempre jugaba conmigo y estaba ahí para mi, por eso acepte la apuesta del maestro y justo expuse a Liz a la apuesta, donde termino siendo propiedad del maestro, justo frente a mi, la cara de Liz de no querer aceptar el trágico resultado, el maestro justo frente a mi lanzo un hechizo de esclavitud a Liz, solo pude quedarme frustrado y aturdido de ver a Liz siendo convertida en una esclava, de su cuello justo un grillete apareció mágicamente, vio como el maestro se llevo a Liz. Yo me creí superior le dije a Liz que creyera en mi, que yo no permitiría que le hicieran nada estaba tan confiado que no dude en apostar a Liz pensando justo que mi poder iba ser mas fuerte pero perdí, la perdí. Pasaron días y fui a recuperarla, el maestro fue claro cuando dijo que aceptaba solo si lo que yo apostara le interesaba, simplemente no supe que otra cosa apostar así que el maestro propuso algo, si tan fuerte era mi deseo de que Liz volviera conmigo si yo perdía aun así yo estaría con ella, no entendí quise pedirle mas detalles pero dijo que eso se me revelaría cuando perdiera, estaba apostando en que ganaría y Liz regresaría conmigo y por supuesto dejaría de ser la esclava del maestro pero si yo perdía bueno no sabia que iba a perder solo había algo seguro, que Liz estaría conmigo.
La pelea empezó pero esta ves fue mucho mas rápido que antes, fue una victoria aplastante el maestro ni se movió, y justo cuando estaba ahí de rodillas intentando levantarme me dio una pócima, me dijo que era parte de la apuesta y como perdedor debía cumplir, cundo lo hice mi cuerpo comenzó a cambiar mi cuerpo parecía encogerse y agrandarse en ciertas partes, crite del dolor pero en un instante mi grito dejo de escucharse extrañamente yo gritaba pero solo podía escuchar a una chica gritar, no tarde en entender que esos gritos venían de mi, con horror vi como de mi pecho creció, incluso sentí como mi pene se encogió hasta desaparecer, mientras estaba ahí en el suelo vi los pies del maestro luego conjuro un hechizo el mismo que con Liz, sellando así mi destino y convirtiéndome en su esclava, luego un grillete apareció en mi cuello, solo puede ver su sonrisa y le dijo a Liz que se encargara.
Liz me abrazo y me dijo que ahora seriamos hermanas, y serviríamos las dos como sirvientas personales del maestro, después me entere que la piscina que me convirtió en mujer tenia sangre de Liz por eso mi cuerpo y el color de mi pelo son similares a los de Liz prácticamente hermanas.
Han pasado 3 meses me acostumbre a llamar a Liz hermana mayor, también tuve que acostumbrarme a mi nuevo cuerpo en especial a mis enormes pechos y aunque fue incomodo y humillante también me acostumbre a usar el uniforme de sirvienta incluso dejo de importarme que prácticamente no taparan del todo mis pechos. Pero justo haber perdido mi hombría y que el maestro me haya convertido físicamente en una mujer para luego convertirme en su esclava no es lo mas humillante sino justo ceder a estos sentimientos, estos celos y este placer que no puedo satisfacer por mi misma, desde que llegue note como Liz tiene encuentros íntimos con el maestro al principio me moleste pero no podía hacer nada, pero con el tiempo al presenciar a escondidas esos actos de Liz con el maestro algo en mi comenzó a cambiar no me di cuanta cuando fue el punto sin retorno, cada que los veía a escondidas me tocaba, con el tiempo comencé a tener celos pero no por que el maestro disfrutaba del cuerpo de Liz lo cual debía ser lo normal ya que por mucho tiempo estuve enamorado de Liz la chica con la que crecí por eso me dolió tanto perderla y tanto lo perdí todo por recuperarla, pero justo ese amor que tenia con ella se convirtieron en envidia, maldición la envidiaba por estar con el maestro veía como gozaba su rostro de placer, solo podía imaginarme que debía sentirse tan bien tener sexo con el maestro si ella ponía esa cara tan lasciva y llena de placer quería ser ella, quería estar en su lugar quería que el maestro me tratará como ella, yo también era su esclava su sirvienta personal pero no hacia nada conmigo, se que como hombre esos pensamientos estaban mal y mas si yo era un príncipe pero justo ya no lo era, que humillante ceder antes estos deseos y ser yo la que termine ofreciendo mi cuerpo al maestro.
Supongo que de momento tratare de suprimir mis pensamientos y justo solo fingir esa sonrisa cuando estoy con Liz esa Zorra esta siempre con una sonrisa porque todas las noches esta con el maestro, mis pechos son mas grandes y yo soy mas bonita por que el maestro no se fija en mi...
Fin de la caída del un príncipe
imagen por ia de la cual no es de mi propiedad
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